Si te preguntabas qué hace un corrector de estilo y por qué es importante su trabajo, llegás al sitio indicado.
El corrector de estilo prepara un texto original para ser impreso. Para ello tiene en cuenta ciertos criterios que debe aplicar de manera uniforme. El resultado de su trabajo debe armonizar lo que el autor quiso decir con lo que el lector debe recibir.
Muchas veces, los correctores de estilo funcionamos como un par de ojos extra en proyectos que necesitan tan solo una leída.
En cambio, en otros casos, recibimos textos con dificultades importantes, sobre todo cuando los autores provienen de disciplinas ajenas al mundo de las letras o cuando ninguna otra persona leyó el borrador.
A continuación, veremos en detalle qué hace un corrector de estilo y por qué es importante su trabajo.
¿Qué hace un corrector de estilo?
Los correctores de estilo trabajamos los textos en varios niveles. Para simplificar la explicación, diremos que hay dos niveles: microedición y macroedición.
Seguí leyendo para saber de qué se trata cada uno.
Microedición: corregir hasta la última coma
El nivel de microedición, como te muestro acá, se corresponde con los siguientes niveles de la gramática tradicional: fonológico, morfológico, sintáctico, semántico.
Al trabajar en este nivel, los correctores realizamos las siguientes tareas:
- Acortamos y dividimos oraciones cuando son muy extensas.
- Corregimos el uso erróneo de conectores.
- Revisamos la puntuación y la correlación de tiempos verbales.
- Eliminamos repeticiones innecesarias y desarmamos rimas.
- Nos deshacemos de barbarismos (arcaísmos, neologismos, pleonasmos, solecismos, vulgarismos y extranjerismos).
- Comprobamos que todos los gerundios sean correctos.
- Nos ocupamos de los casos de leísmo, laísmo y loísmo.
- Rectificamos el uso de preposiciones (*de acuerdo a/de acuerdo con).
- Comprobamos ortografía (palabras que se escriben con v-, b-, h- o ll-, por nombrar solo algunas).
- Revisamos la concordancia entre el nombre que funciona como sujeto y el verbo núcleo del predicado (concordancia verbal), y entre sustantivos y adjetivos (concordancia nominal).
- Resolvemos los quid pro quo (cuando se usa un término con el significado de otro).
- Suprimimos errores mecánicos (erratas, espaciado).
- Colocamos tildes faltantes.
- Unificamos el formato de citas.
- Comprobamos que una traducción se ajuste a los usos de determinada zona geográfica.
- Despejamos el texto de ambigüedades, aliteraciones e hipérbatos (siempre y cuando sean involuntarios).
- Adecuamos el formato y los usos al manual de estilo de la editorial. En el caso de los textos académicos, los más utilizados son el Chicago Manual of Style y el de la American Psychiatric Association (APA), pero hay otros.
Macroedición: asegurar coherencia y consistencia
En el nivel de macro, los correctores revisamos cuestiones vinculadas con la coherencia global.
En el Manual de edición literaria y no literaria (2005), de Leslie Sharpe e Irene Gunther, las autoras ofrecen un detalle sobre aspectos relativos a la coherencia que los correctores revisan y mejoran. Una de ellas son las distorsiones temporales:
Entonces, en el nivel de macroedición los correctores hacemos todo esto:
- Resolvemos incongruencias.
- Cotejamos datos, hechos y correcta escritura de nombres.
- Señalamos errores de lógica y contradicciones para que el autor las revise.
- Señalamos posibles plagios.
¿Por qué es importante el trabajo del corrector?
Toda publicación, ya sea un libro físico, un sitio web, una tesis de grado o posgrado, que se encuentre “desprolija” erosiona la credibilidad del autor o de la organización que se encuentre detrás.
En cierta manera, es una circunstancia que deslegitima y el foco del público, en lugar de centrarse en el contenido, recae sobre la forma.
Por eso es tan importante la tarea de un corrector de estilo dentro de la cadena de publicación de un libro o de edición de una tesis.
Conclusión
Como vimos en este artículo, el propósito del corrector es conseguir, como señalan Einsohn y Schwartz (2009), las cuatro C: claridad, coherencia, consistencia y corrección.
Si estás redactando un texto y necesitás una mirada experta, el trabajo del corrector de estilo puede ser ese paso que marque la diferencia.
Referencias
Einsohn, A. y Schwartz, M. (2019). The Copyeditor’s Handbook: A Guide for Book Publishing and Corporate Communications. University of California Press.
Sharpe, L. y Gunther, I. (2005). Manual de edición literaria y no literaria. FCE.